domingo, 13 de enero de 2008

MINIMALISMO CON VISTAS AL TAJO

Siempre que llego a Belém sufro el mismo espejismo turístico: el engaño de pensar que todo allí está cerca. Y es que la amplitud de espacios, la presencia constante de un Tajo que se vuelve océano y la cercanía visual entre los monumentos le invita a uno a pensar que los famosos Pasteis de Belém están a un tiro de piedra de la torre fortaleza, y ésta a su vez del Padrão dos Descobrimentos y el Centro Cultural con aires piramidales, que parecen vecinos al Mosteiro dos Jerónimos.

La cosa es que uno echa a andar y no para. Si es verano, mejor llévate una botella de agua en la mochila, porque pocas sombras hay entre un lado y otro de Belém y la distancia es engañosa. Especialmente, si uno quiere recorrerla siguiendo la orilla del Tajo; algo que sencillamente resulta imposible porque, a mitad de camino, descubriremos que un canal de salida de un pequeño club de embarcaciones nos corta el paso y nos obliga a desviarnos hasta la lejana carretera.

Así pues, el minimalista restaurante A Márgem ha sido uno de mis últimos hallazgos lisboetas. Tiene una de las mejores terrazas con vistas al Tajo que conozco y la comida, sencilla y de diseño como la propia arquitectura del local, es sana y equilibrada, aunque quizás un pelín cara -las vistas se pagan-.

A Márgem es un remanso de paz en un gran cubo de cristal y metal blanco, de líneas rectas y desnudo de ornamentos y concepto minimalista. Ubicado detrás del Museo de Arte Popular y junto al Faro del Bom Sucesso, destaca por su ubicación y el cuidado diseño del edificio, proyectado por los prestigiosos arquitectos lusos João Pedro Falcão de Campos y Ricardo Vaz.

Una amplia variedad de tés y cafés, ensaladas y zumos naturales conforman una carta fresca y divertida para todo tipo de públicos.

SOBRE A MÁRGEM
  • Dirección: Doca do Bom Sucesso
  • Teléfono: 91 782 41 49
  • Cómo llegar: En el eléctrico 15, desde Praça da Figueira, bajando en los Jerónimos o en la Torre de Belém

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