domingo, 24 de febrero de 2008

EL GRAN TERREMOTO

La Lisboa baja, la que se abre al Tajo desde el Terreiro do Paço, la Baixa comercial y turística fue muy distinta a la que hoy se conoce, que es fruto de un proyecto meticuloso de renovación arquitectónica impulsado por el marqués de Pombal, tras el terremoto que destruyó Lisboa en 1755.

El gran terremoto, como así se le conoce, llegó a sentirse incluso en lugares tan remotos como la isla de Jamaica y, en sólo diez minutos, devastó la ciudad, acabando con la vida de más de cuarenta mil personas.

Las crónicas cuentan que, en torno a las nueve y media de la mañana del primero de noviembre y cuando la gran mayoría de los lisboetas se encontraba en misa cumpliendo con los preceptos del día de Todos los Santos, tres grandes temblores de tierra sacudieron la ciudad. A consecuencia de los mismos, miles de velas que iluminaban las iglesias de la ciudad cayeron sobre las balaustradas de madera y los altares de los templos, originando innumerables incendios que se propagaron por toda Lisboa. De hecho, hoy en día aún son varias las iglesias liboetas en las que los devotos depositan sus candelas sobre las balaustradas de madera que rodean algunos altares.

La gente huyó aterrorizada hacia la costa, donde fue sorprendida por un fuerte maremoto, provocado por el movimiento sísmico, que arrasó todo a su paso.

martes, 19 de febrero de 2008

A ESTAÇÃO DO ROSSIO, TRÊS ANOS DEPOIS

Lisboa la ha recuperado después de tres años de obras. La estación del Rossio volvía a abrirse al público el sábado pasado y la ciudad recuperaba así uno de los lugares más emblemáticos para lisboetas y visitantes, con sus portalones modernistas y su fachada neohistoricista.

Por motivos de seguridad, la Rede Ferroviária Nacional decidió cerrar al tráfico los túneles del Rossio, una de las mayores obras de ingeniería lusa del siglo XIX, inaugurada en 1890 y que convirtió en su momento a la Estação do Rossio en el principal centro de comunicaciones de Portugal, al permitir la conexión de los trenes nacionales con los que procedían de fuera del país.

Coincidiendo con la reapertura de la estación, puede visitarse en los próximos meses en su interior la exposición "Do Rossio a Campolide: a estação e túnel do Rossio", en la que conocer la historia del edificio y sus túneles de comunicaciones, así como los trabajos de consolidación que se han desarrollado en su interior en los últimos tres años.

martes, 12 de febrero de 2008

A FEIRA DA LADRA

Me gustan los mercadillos... Laberínticos, abigarrados, repletos de cachivaches inservibles, con olores y sonidos propios, gente de todo pelaje y aquello que tanto deseamos, escondido entre montañas de cacharros que lo vuelven casi invisible.

A Feira da Ladra es eso, ¡y mucho más que eso! El rastro más caótico, desordenado y surrealista que he visto nunca; donde turistas, alfacinhos, curiosos, buhoneros, anticuarios, hippies de manual, inmigrantes y compradores y vendedores de todo tipo y condición se dan la mano saturando el Campo de Santa Clara de soperas desportilladas, banderas jamaicanas, juegos de cafe con más platos que tazas, postales antiguas, discos de vinilo o despertadores descacharrados.

La verdad que un chollo es difícil de encontrar, pero la Feira de Ladra es una buena opción para pasar curioseando una tarde de martes o una mañana de sábado.

SOBRE A FEIRA DA LADRA:
  • Ubicación: Campo de Santa Clara (Alfama)
  • Días de celebración: Martes y sábado
  • Horario: De 7,00 a 18,00 horas
  • Cómo llegar: En el eléctrico 28, desde la rua da Conceiçao, bajando en São Vicente

domingo, 10 de febrero de 2008

VIAJAR! PERDER PAISES!

"Viajar! Perder paises!
Ser outro constantemente,
por a alma não ter raízes
e viver de ver somente!

Não pertencer nem a mim!
Ir em frente, ir a seguir
a ausência de ter um fim,
e a ânsia de o conseguir!

Viajar assim é viagem.
Mas faço-o sem ter de meu
mais que o sonho da passagem.
O resto é só terra e céu".

Viajar! Perder países!
(Fernando Pessoa)

"¡Viajar! ¡Perder países!
¡Ser otro constantemente,
por el alma no tener raices
y vivir viendo solamente!

¡No pertenecer ni a mí!
¡Ir al frente, ir siguiendo
la ausencia de tener un fin,
y el ansia de conseguirlo!

Viajar así es viaje.
Mas lo hago sin tener mío
más que el sueño del pasaje.
El resto es sólo tierra y cielo".

¡Viajar! ¡Perder países!
(Fernando Pessoa)

viernes, 8 de febrero de 2008

LA INSPIRACIÓN DE LORD BYRON

Muchos son los personajes célebres que, a lo largo de la historia, han sentido el hechizo de Lisboa; un hechizo que se extiende también a otros parajes de su entorno como la Sintra misteriosa y romántica que atrapó a Lord Byron en los albores del siglo XIX.

Y es que el inglés encontró en la sierra de Sintra la inspiración para escribir alguna de sus obras más afamadas como el poema de Childe Harold. De hecho, aún es posible alojarse en la misma habitación en la que lo escribió en 1809, durante su estancia en el hotel Lawrence's, que presume de ser el segundo hotel más antiguo del mundo. Como es de esperar, el bagaje histórico se paga y el Lawrence's se convierte en un capricho para viajeros o, simplemente, en la oportunidad de disfrutar de una buena comida.

Desde su habitación, Lord Byron habló así de Sintra en una de las cartas que envió a su madre: "Quizás el lugar más encantador de Europa en todos los aspectos; contiene bellezas de todas clases, naturales y artificiales. Hay palacios y jardines que se alzan en medio de rocas, cataratas y precipicios; conventos en lo alto de formidables cimas; una vista del mar y el Tajo a lo lejos… Reúne en si toda la naturaleza salvaje de Escocia y el verdor del sur de Francia".

Además de Lord Byron, por el Lawrence's han pasado ilustres de las artes y la política lusa como José Maria Eça de Queiroz, Alexandre Herculano o Camilo Castelo Branco; y al igual que todos ellos, la escritora Mary Shelley o el viajero William Beckford también se sintieron atrapados por la inspiración de Sintra.

SOBRE EL LAWRENCE'S:

jueves, 7 de febrero de 2008

FADO DA SAUDADE

Cuarenta y cinco años de carrera, cuatro décadas y media sintiendo el fado y respirando saudade. Se trata de Carlos do Carmo, uno de los mejores fadistas portugueses y emblema de un estilo musical que, desde lo propio, se ha convertido en algo universal.

Por eso, precisamente, el cineasta aragonés Carlos Saura eligió el fado como hilo conductor de su última película, "Fados", en cuya banda sonora, además de Do Carmo, han intervenido las mejores voces fadistas contemporáneas; pero sólo una, la suya, la de Carlos do Carmo, conquistaba el domingo pasado el Premio Goya a la Mejor Canción Original, por su interpretación del Fado da Saudade.

Con letra de Fernando Pinto Amaral, el Fado da Saudade canta a la vieja Lisboa, a la de las calles estrechas, las tabernas y la esencia alfacinha.

sábado, 2 de febrero de 2008

AGUA DE LA SIERRA CON SABOR ANDALUSÍ

Castillos de cuento, carreteras escondidas entre bosques, quintas misteriosas, parques exóticos o fuentes evocadoras que parecen sacadas de "Las mil y una noches". Es el caso de la Fonte Mourisca de la Volta do Duche de Sintra, villa Patrimonio de la Humanidad y uno de los grandes atractivos en los alrededores de Lisboa, magníficamente comunicada con la capital gracias a una prolífica red de cercanías.

Construida en 1922, esta fuente modernista -famosa por la calidad de sus aguas- es fruto del neohistoricismo romántico de la época. Su autor, José da Fonseca, dejó también su impronta en otros lugares de Sintra, como la Quinta da Regaleira o el Palácio de Seteais, en un caso en la decoración de la mansión y, en el otro, a través del proyecto de una segunda fuente.

Recubierta de azulejos neomudéjares, la fonte mourisca se inspira directamente en la arquitectura andalusí y fue construida para "dignificar a água maís apreciada de Sintra". Precisamente por eso, no es extraño ver coches parados junto a ella, a la espera de que sus conductores acaben de llenar las garrafas de agua que han traído consigo.

Como anécdota, está bien saber que la fuente en cuestión (ubicada en la Volta do Duche, o lo que es lo mismo, el paseo entre la estación y la Sintra monumental) no está en el lugar en el que se proyectó. Sino que, debido a la amplicación de la carretera a principios de los sesenta, fue desmontada pieza a pieza y, dos décadas después, se reconstruyó casi en idéntico lugar, aunque no en el mismo. De hecho, veinte metros separan su actual ubicación de la que tuvo en 1922.