domingo, 30 de noviembre de 2008

NAVIDAD EN LISBOA

Tiene un encanto especial. Supongo que similar al de todas las ciudades con un comercio activo que, al llegar la Navidad, se lanzan a iluminar las calles con millones de lucecitas. De mi debilidad por la rúa Garret poco más puedo aportar, pero está preciosa de noche, con sus luminosos azules y rojos y los majestuosos Armazens do Chiado al fondo, reconvertidos en trono de Pai Natal.

Pero no sólo el Chiado cambia de aspecto en Navidad, la Baixa es un cajón de sorpresas para grandes y pequeños. En torno a la columna de Dom Pedro IV, en el Rossío, uno puede pasear por las escenas del cuento de Navidad por excelencia, el Cascanueces.

A pocos metros de allí, la praça do Comércio se transforma en una luminaria abierta al Tajo, con hilos de luz que adornan las cornisas de todos los edificios oficiales y una lluvia de destellos que recorren sus fachadas pombalinas.

Partiendo de allí, y cruzando bajo el arco de la fama del Terreiro, uno accede a la rúa Augusta, reconvertida en Navidad en un enorme calendario de adviento, con 24 dinteles luminosos que, al atravesarlos, regalan al visitante el fragmento de una canción o un poema natalino.

5 comentarios:

Tigre de Papel dijo...

Tu blog me ha hecho llorar. He vivido 3 años en Lisboa y estoy profundamente enamorada de esa ciudad. Hace seis meses que me fui de allí y la echo increiblemente de menos. Sus calles, su ambiente, su gente...

Diarios de una Bultaco dijo...

Yo también me quedo con la rúa Garret iluminada en Navidad, siempre decorada con mucho gusto, con sus arcos de luces que cruzan de una acera a otra.
Que buenos paseos, para acabar en el Brasileira -siempre a tope- con un buen café.

Y los ratos muertos en la Praça do Comercio, comiendo castañas y viendo el efecto de la iluminación cambiente sobre las fachadas y el arco mientras suenan los villancicos junto al gran árbol de Navidad.

Que buenos recuerdos de dos Navidades, que siguiendo el Dakar,
pasamos en Lisboa.

Un abrazo
Carlos

OLISSIPO dijo...

Tigre de Papel:
Muchas gracias por tus palabras y por tu visita. Me alegro de que te hayas identificado con el blog. Lisboa es una ciudad con magia, la ciudad en la que también a mí me gustaría vivir, al menos, por un tiempo, y disfrutar de sus barrios, de su actividad atlántica, su sabor, sus aromas, su gente, sus miradores...

Carlos:
Gracias por compartir tus recuerdos lisboetas con nosotros y gracias una vez más por tu visita. ¡Y por ese café en A Brasileira! O un chá con limão y un bolo recién hecho...

Un abracico a los dos y ¡hasta la próxima visita!

Anónimo dijo...

En este océano virtual, en el que abundan las botas viejas y las latas vacías, no es fácil toparse con una perla. Maravilloso blog. Sin excesos, casi minimalista, pero destilando caríño, conocimiento y respeto por una ciudad única. Mis padres me llevaban a Lisboa cada año, junto con mi hermana, como si se tratara de una peregrinación. Así me enamoré de sus barrios, de su comida, de su luz, de su música... Seguí peregrinando cuando mis padres ya no me llevaban de la mano. Y ahora soy yo el que llevo a mis hijos, aún pequeños, a Lisboa. La tradición continua. Con ellos he recorrido medio mundo, pero siempre reservamos unos días para la ciudad blanca... el 26 de diciembre estaremos, un año más, en nuestra amada Lisboa.
Gracias por regalarnos un blog en el que Lisboa late en cada palabra y en cada imagen.

OLISSIPO dijo...

Querido anónimo,
Simplemente gracias por tus palabras y por compartir tu experiencia lisboeta con nosotros.
¡Feliz estancia navideña en la ciudad!