jueves, 6 de diciembre de 2007

VANGUARDIA CON AROMA DE CAFÉ

Todo aquel que se deja atrapar por el encanto del Chiado lisboeta, al menos una vez, habrá entrado en el café A Brasileira. Su terraza, siempre concurrida, llega incluso a ocultar otra de sus grandes maravillas: la fachada modernista proyectada en 1922 por el arquitecto Manoel Joaquim Norte Júnior, uno de los máximos exponentes de este estilo artístico.

En esa misma terraza, abarrotada de turistas, al inicio de la Rua Garret y mirando hacia el Largo do Chiado, la mesa principal está ocupada por el escritor Fernando Pessoa, una escultura que recuerda el paso del poeta por las tertulias que antaño se celebraron en este popular café.

En el interior del local destaca su bullicio, la decoración modernista, el olor de su café aromático y el ambiente de conversación y debate de artistas; algunos, como el futurista Almada Negreiros colgó también sus cuadros en A Brasileira.

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