
En esa misma terraza, abarrotada de turistas, al inicio de la Rua Garret y mirando hacia el Largo do Chiado, la mesa principal está ocupada por el escritor Fernando Pessoa, una escultura que recuerda el paso del poeta por las tertulias que antaño se celebraron en este popular café.
En el interior del local destaca su bullicio, la decoración modernista, el olor de su café aromático y el ambiente de conversación y debate de artistas; algunos, como el futurista Almada Negreiros colgó también sus cuadros en A Brasileira.
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