
Acabo de regresar de Lisboa y no ha parado de llover. Con fuerza, con rabia, como no se había visto en años...
Lisboa es hermosa y cuasi perfecta con sol, con calidez atlántica y tiempo que se detiene. Pero existen más lisboas, lisboas de belleza airada, de água e vento, que le hacen a uno sentirse pequeño mientras mira al Tajo embravecido frente al Terreiro do Paço. Y es que, como pregona en su fado, vende sonho e maresia, tempestades apregoa; quando o vento a leva ao baile, baila no baile com o mar.
Y entre baile y baile, surge ella, una mujer hecha ciudad, la Maria Lisboa que tiene algas por pelo, conchas en el vestido y el latido del motor de una trainera corriéndole por las venas.
2 comentarios:
¡Esta tarde me voy a Lisboa! Antes de coger el avión me he dado una vuelta por tu blog para llevarme alguna idea.
¡Qué bien! ¡Disfruta y cuenta a la vuelta!
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