lunes, 11 de mayo de 2009

BAIXA, PRESOS Y CALZADAS

Cualquiera que haya estado en Lisboa se habrá quedado maravillado de los suelos adoquinados de sus calles y plazas peatonales que, en ocasiones, se convierten en una auténtica obra de arte bajo los pies. Sin duda, la Baixa es el lugar en el que con mayor profusión aparecen esas calçadas lisboetas, cuyos dibujos, trazados con precisión, se consiguen a base de intercalar millones de cubos de piedra de color blanco y color negro, tallados a mano.

Lo que no todo el mundo conoce es que pavimentos como el del Rossio, tienen su origen en el siglo XIX y deben su perfecta sucesión de ondas blancas y negras a los presos de la ciudad, que fueron quienes colocaron de forma manual cada uno de esos pequeños adoquines sobre el suelo arenoso previo.

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