sábado, 2 de febrero de 2008

AGUA DE LA SIERRA CON SABOR ANDALUSÍ

Castillos de cuento, carreteras escondidas entre bosques, quintas misteriosas, parques exóticos o fuentes evocadoras que parecen sacadas de "Las mil y una noches". Es el caso de la Fonte Mourisca de la Volta do Duche de Sintra, villa Patrimonio de la Humanidad y uno de los grandes atractivos en los alrededores de Lisboa, magníficamente comunicada con la capital gracias a una prolífica red de cercanías.

Construida en 1922, esta fuente modernista -famosa por la calidad de sus aguas- es fruto del neohistoricismo romántico de la época. Su autor, José da Fonseca, dejó también su impronta en otros lugares de Sintra, como la Quinta da Regaleira o el Palácio de Seteais, en un caso en la decoración de la mansión y, en el otro, a través del proyecto de una segunda fuente.

Recubierta de azulejos neomudéjares, la fonte mourisca se inspira directamente en la arquitectura andalusí y fue construida para "dignificar a água maís apreciada de Sintra". Precisamente por eso, no es extraño ver coches parados junto a ella, a la espera de que sus conductores acaben de llenar las garrafas de agua que han traído consigo.

Como anécdota, está bien saber que la fuente en cuestión (ubicada en la Volta do Duche, o lo que es lo mismo, el paseo entre la estación y la Sintra monumental) no está en el lugar en el que se proyectó. Sino que, debido a la amplicación de la carretera a principios de los sesenta, fue desmontada pieza a pieza y, dos décadas después, se reconstruyó casi en idéntico lugar, aunque no en el mismo. De hecho, veinte metros separan su actual ubicación de la que tuvo en 1922.

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