
El otoño huele a castañas asadas en Lisboa. Y me gusta ese aroma que lo impregna todo, en la Baixa especialmente. Uno pasea entre nubes de humo que brotan de los puestos ambulantes, de esos carromatos de chapa sobre ruedas y chimeneas de metal que buscan su hueco en cada esquina, en medio del ajetreo de la gente.
Otoño es un tiempo especial en la ciudad, ajena al calendario y a los relojes, con una luz especial, un clima mucho más bonancible que en muchas ciudades españolas y una manera peculiar de asar las castañas, que no saben igual en ningún otro sitio.
2 comentarios:
weno eso del clima... cuando le da por llover en otoño no para en una semana ;-)
Lisboa está espectacular en otoño. Estoy de acuerdo contigo. Espero ir a vsitarla en breve. Ya te pediré alguna idea de sitios donde ir. Siempre llevo una lista tan larga que al final acabo sin saber que hacer y repitiendo siempre lo mismo.
Jajaja...
Entonces tengo suerte. Las últimas veces siempre he ido a Lisboa en noviembre y hacía un tiempo inconcebible aquí.
Vuelvo el mes que viene; ¿intercambiamos lugares?
¡Gracias por la visita!
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