jueves, 21 de mayo de 2009

CENTRO CULTURAL DE BELÉM

Es la aportación contemporánea a siglos de historia encerrados en los claustros del secular Mosteiro dos Jerónimos o en la contundencia hecha filigrana de la Torre de Belém. Son sus vecinos más cercanos y el CCB, el Centro Cultural de Belém, se convierte en un mero lugar de paso para el visitante ávido de historia y patrimonio.

Sin embargo, sus jardines y su terraza al aire libre son una opción magnífica para disfrutar de un descanso, de una sombra, un refrigerio o, simplemente, un momento de relax frente al Tajo. Las vistas desde la parte superior son estupendas y el diseño del CCB me recuerda en algo a un jardín babilónico con sus acequias y sus parterres, pero también a un museo al aire libre e, incluso, a una especie de pirámide contemporánea donde el secreto de las artes le espera a uno detrás de cualquier puerta.

Teatro, danza, jazz, congresos, talleres de creación... Son algunas de las actividades que llenan de vida este edificio diseñado por Gregotti y Salgado y que, en su origen, fue sede de la Presidencia de turno portuguesa de la Unión Europea en 1990.

SOBRE EL CENTRO CULTURAL DE BELÉM:
  • Ubicación: Praça do Império s/n, 1449 - 003 Lisboa
  • Teléfono: 00 351 21 361 24 00
  • Más información: http://www.ccb.pt/
  • E mail: ccb@ccb.pt
  • Cómo llegar: Eléctrico E15 y autocarros 27, 28, 29, 43, 49, 51, 112

domingo, 17 de mayo de 2009

EL CHIADO DE SIZA VIEIRA

Nadie lo diría, a juzgar por su estado actual; pero un voraz incendio devastó buena parte del Chiado lisboeta en 1988. Toda una década de trabajo intenso hizo falta para que el barrio romántico por excelencia recuperara su espíritu y, finalmente, fue posible gracias al arquitecto Alvaro Siza Vieira.

De él dicen que es el arquitecto luso con mayor proyección internacional, una suerte de Calatrava a la portuguesa, que fue el encargado de proyectar y llevar a buen puerto el árduo trabajo de reconstruir uno de los barrios más emblemáticos de Lisboa, preservando su apariencia y su arquitectura pombalina, pero dotándola de la modernidad necesaria que permitía la recuperación tras la catátrofe.

Diez años después, el Chiado volvía a ser lo que fue y Siza Vieira era distinguido con el Premio Secil, el más importante en materia arquitectónica que se concede en Portugal.

lunes, 11 de mayo de 2009

BAIXA, PRESOS Y CALZADAS

Cualquiera que haya estado en Lisboa se habrá quedado maravillado de los suelos adoquinados de sus calles y plazas peatonales que, en ocasiones, se convierten en una auténtica obra de arte bajo los pies. Sin duda, la Baixa es el lugar en el que con mayor profusión aparecen esas calçadas lisboetas, cuyos dibujos, trazados con precisión, se consiguen a base de intercalar millones de cubos de piedra de color blanco y color negro, tallados a mano.

Lo que no todo el mundo conoce es que pavimentos como el del Rossio, tienen su origen en el siglo XIX y deben su perfecta sucesión de ondas blancas y negras a los presos de la ciudad, que fueron quienes colocaron de forma manual cada uno de esos pequeños adoquines sobre el suelo arenoso previo.

sábado, 9 de mayo de 2009

GAVIOTAS, GIRASOLES, BRÚJULAS Y CARABELAS

Me gusta el metro de Lisboa. Es moderno, limpio, rápido, práctico y artístico. De hecho, casi todas sus estaciones son una pequeña galería de arte de distintos estilos, con un denominador común, el azulejo como modo de expresión plástica.

Desconozco quiénes son los autores que han dejado su huella en las distintas estaciones pero, sin duda, son un motivo más para animarse a utilizar una red de metro muy práctica e intuitiva, lo que hace que resulte muy sencilla de primeras para alguien que llegue de fuera a la ciudad.

El metro lisboeta se vertebra en torno a cuatro líneas, cada una identificada con un color y con un símbolo que, a su vez, están relacionados entre sí. Todo ello le da un aire naïf y hace que sea bastante sencillo memorizar los recorridos.

Por ejemplo, la línea azul es la de la gaviota (que sobrevuela las aguas azuladas del Atlántico). El verde del Tajo es para la línea de la carabela (antaño fueron muchos los veleros que navegaron por su cauce). La línea amarilla es la línea girasol y, la línea roja, la línea de la brújula, que culmina en la estación de Oriente, a las puertas del Campo das Nações, que albergó la Expo del 98.

Se puede comprar un billete sencillo, que cuesta 0,80 €, pero, personalmente, y a nada que vayamos a viajar por la ciudad es mucho mejor adquirir uno de los cartãos Lisboa Viva que, tras pagar cincuenta céntimos en concepto de la propia tarjeta, se pueder recargar a diario por sólo 3,70 € y te permite utilizar de forma ilimitada durante toda la jornada el metro, el autobús, los tranvías y los elevadores de la ciudad. Además, también se pueden recargar en los cajeros de Multibanco; eso sí, únicamente mediante pago con tarjeta.

Los billetes y las tarjetas intermodales se pueden comprar en varios lugares, pero la opción más sencilla, ya que no implica tener que manejarse con el portunhol, es la de adquirirlas en las máquinas expendedoras ubicadas en las propias estaciones del metro lisboeta.