domingo, 30 de marzo de 2008

A MOURA DE LINDARIA

Son muchos los parques que rodean el Palácio Nacional de Sintra. Uno de ellos es el que se conoce como Jardim de Lindaria, según la leyenda, el lugar al que iban las mujeres árabes al salir del baño para disfrutar de sus vistas y el aroma de sus flores.

Así pues, no es extraño que un jardín como éste, también tuviera una romántica leyenda de amores imposibles entre culturas enfrentadas. Cuentan que la más hermosa de las moras que frecuentaba el jardín se quedó prendada de un joven cristiano que, escondido entre los árboles, admiraba su belleza.

Si algo entre ambos llegó a nacer nadie lo sabe, pero lo cierto es que llegó el suceso a oídos del esposo. De hecho, hay quien cuenta que fue una de las doncellas que acompañaban a la hermosa mora en su paseo la que con toda crudeza reveló la historia al marido, llevada por la envidia de no ser ella la dama que pretendiera el cristiano.

Sea como fuere, nunca más volvió a verse a la morisca en el jardín, e incluso insinúa la leyenda que el marido la mató cegado por los celos. Desde entonces, y dicen que hoy todavía, la moura de Lindaria vuelve al jardín por las noches en busca de aquel caballero cristiano del que se prendó.

sábado, 15 de marzo de 2008

EL HELADERO REAL

Si uno quiere disfrutar en la costa portuguesa de un placer de reyes, todavía puede hacerlo sin necesidad de gastar mucho dinero. Por unos pocos euros, lo que cuesta un helado, uno puede degustar la misma receta artesana que en su dia probaron don Juan Carlos y doña Sofía, el príncipe y las infantas, don Juan de Borbón y su esposa María de las Mercedes en su exilio en Estoril o el mismo helado que se sirvió en la boda de la infanta Margarita.

Dos heladerías, fundadas ambas por el italiano Attilio Santini, mantienen viva en sus archivos -y en las fotografías que decoran sus paredes- la estancia de la familia real española en Estoril.

Durante su exilio luso, don Juan Carlos (a quien la familia Santini llamaba Juanito cariñosamente) era uno de los asiduos a la heladería que entonces tenían en la playa de Tamariz de Estoril, así como otros miembros de casas reales, como la de Saboya, que también pasaron allí sus años de destierro.

Posteriormente, el negocio cambió de ubicación y, en la actualidad, sus famosos helados de morago (y el resto de sabores) se pueden paladear en los dos establecimientos que tienen en la Rua Nova da Estação de Estoril y en la avenida Valbom de Cascais. Por cierto que este último conserva prácticamente la misma apariencia que tenía cuando don Felipe lo visitó siendo un niño en la década de los setenta. El príncipe no sé cuál escogería pero, a pesar del nombre, no dejes de probar su famoso helado de marabunta. Delicioso.

SOBRE GELADOS SANTINI:
  • Ubicación Cascais: Avenida Valbom 28 F, 2750 Cascais
  • Ubiación Estoril: Rua Nova da Estação 5, Sao João do Estoril
  • Teléfono: 00 351 21 483 37 09

martes, 11 de marzo de 2008

LA BOCA DEL INFIERNO

A unos pocos kilómetros caminando desde el centro de Cascais, ajeno al bullicio estival, pero fácil de localizar siguiendo su paseo marítimo, se llega hasta la Boca del Infierno. Es una gruta que impresiona, llena de concavidades y flanqueada de cuevas menores y rocas escarpadas de más de veinte metros de altura que, si de normal impresiona, en días de oleaje hace retumbar el sonido de la tempestad de una manera sobrecogedora.

Por eso no es extraño que este lugar lleve también aparejada una historia de misteriosas desapariciones, espías, sospechas de suicidio y ocultismo y que, sorprendentemente, el mismo Fernando Pessoa se viera implicado en ellas.

Entre los conocidos del escritor luso se contaba el mago y mentalista inglés Aleister Crowley, un personaje siniestro, extraño y oscuro, del que se dice que practicaba el ocultismo y del que también se especulaba que actuó de agente doble durante la Gran Guerra. En estas visicitudes, no sorprende el hecho de que pudiera tener muchos enemigos. Hay quien dice que, en un arrebato de locura, se suicidó lanzándose al fondo del océano en la Boca del Infierno. Pero también hay quien asegura que sólo fingió su muerte y que, para ello, contó con la ayuda de su amigo Pessoa, al que en 1930 envió unas supuestas cartas explicando su suicidio para que éste las publicara en el Diário de Notícias. Si murió o no, nunca se supo, pero lo cierto es que en la Boca del Infierno hay un panel que recuerda la extraña desaparición del mago en aquel lugar.

domingo, 2 de marzo de 2008

EL MONASTERIO DE LOS NAVEGANTES

En el barrio de Belém, frente a un río que se convierte en océano y unas aguas que miran a ultramar, se levanta uno de los mayores monumentos de Portugal: el Monasterio de Santa María de los Jerónimos.

Su historia se remonta al 6 de enero de 1502 y a la ermita consagrada a Nossa Senhora da Estrela en la que el navegante Vasco de Gama se encomendó a los cielos antes de emprender su viaje a las Indias, convirtiéndose en el descubridor portugués por excelencia.

Así pues, en el mismo lugar que ocupaba la ermita, el rey Dom Manuel mandó colocar la primera piedra de lo que hoy es el Mosteiro dos Jerónimos. Precisamente, la efigie del monarca y la de su segunda esposa, Dona Maria, pueden verse representadas en la portada principal de acceso a la iglesia del convento, obra de Nicolás de Chanterenne.

Más tarde, será João del Castilho quien en 1516 se encargue de continuar las obras de construcción del monasterio y a él se atribuye la fachada de filigrana manuelina que sorprende en su discurrir paralelo al Tajo. A pesar de su nombre, y como curiosidad, del Castilho no era portugués, sino español, vizcaíno por más señas. Y es que, en aquellos albores del siglo XVI se produjo un interesante intercambio ornamental: canteros gallegos y vascos trabajaban con cierta asiduidad en Portugal, mientras los maestros lusos, especialistas en reproducir vírgenes en estado de gestación -las que se conocen como Virgen de la O- dejaban su impronta en el norte de España.

SOBRE O MOSTEIRO DOS JERÓNIMOS:
  • Ubicación: Praça do Império 1400 , 206 Lisboa
  • Teléfono: 00 351 21 362 00 34
  • Cómo llegar: Por tren, en el comboio de la linha de Cascais. En eléctrico, con el número 15. En autobús, con los números 27, 28, 29, 43, 49, 51 y 112.
  • Horario de apertura: De octubre a abril, de 10,00 a 17,00 horas. De mayo a septiembre, de 10,00 a 18,30 horas. No se permite la entrada media hora antes de la hora de cierre. No abre los lunes.
  • Precio de la visita: 4,5 €. Hay descuentos para jóvenes y jubilados. Los domingos y festivos es gratuito.